martes, octubre 13, 2009

Un "crimen de honor" conmociona a Suecia: Un iraní asesinó a su propia hija

ESTOCOLMO (ABC, de Madrid).- Suecia vuelve a vivir estos días conmocionada por un nuevo asesinato a sangre fría en nombre de Alá de una joven iraní que, desafiando la voluntad de su padre, decidió casarse con un hombre "impuro", es decir un joven que no era del gusto de aquél. Un nuevo "crimen de honor" como resultado de unas costumbres fanáticas.

EL CORAN 4:15 - Sura (capitulo) 4 Aleya (verso) 15
Llamad a cuatro testigos de vosotros contra aquéllas de vuestras mujeres que cometan deshonestidad. Si atestiguan, recluidlas en casa hasta que mueran o hasta que Alá les procure una salida. (Estos versos son literales de El Corán)

La joven pidió misericordia al cielo. El cielo respondió con un mortuorio silencio. El mismo silencio que en la penumbra del cuarto arrinconó a la madre. La madre, que sabía lo que iba a pasar, cubrió su vista con la palma de una mano. La sorpresa ahogó el grito de la adolescente. Lo último que registraron sus ojos incrédulos fue la mirada desorbitada del padre. El cuello de la niña fue rodeado por las manos que alguna vez la habían acariciado. El cuerpo no había terminado de temblar cuando el hombre gritó: Ala akbar (Dios es uno). El dolor arrancó un gemido de las entrañas que habían engendrado a la niña. El padre, aunque adoraba a su única hija, no la lloró. Si no le faltaron fuerzas en los brazos fue porque se sintió parte de la Jihad. “La Jihad es la Guerra Santa que debemos librar contra las tentaciones”. Con estas palabras, y sin resistirse, el hombre recibió a los policías suecos. No mostró arrepentimiento. Había sido desafiado por su propia sangre. Su única hija le negó una descendencia dentro de su propia fe. Ella se había enamorado de un sueco. Su deber era pasar de la tutela del padre a la de un marido que el padre le eligiera. El hombre partió en el asiento de atrás del patrullero, con un policía de cada lado. No se dio vuelta. Su mirada rígida revelaba la certeza de quien había cumplido con su deber: Había lavado la mancha a su honor con la sangre de su hija.

1 comentario:

ivan_posilovic dijo...

Hum... este tema a mi me urtica. Por un lado, hay millones de musulmanas que se casan con no musulmanes. Un caso no puede hacer el verano. Ortodoxos hay en todas partes y de todas las religiones. Cómo tolerar la intolerancia? Qué hace un ortodoxo en una sociedad tolerante y moderna como la sueca? Quién dejó entrar a este loco? No tendría que ir preso como cómplice? Para qué fue a Suecia? Y por sobre todo, cómo puede una madre tolerar el asesinato de su hija? Cómo sigue la historia de esta mujer, con una hija asesinada y su esposo asesino preso? Y hay todavía más, si Abraham estaba dispuesto a matar a Isaac (a Ismael según los musulmanes), dónde está el límite entre el mito y la realidad? Complicado.

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