martes, abril 07, 2015

DOS por UNO

En una oportunidad me invitaron a pasar un tiempo en la Ieshiva Or Sameaj ubicada en el barrio Mea Shearim de Jerusalem. Una vez ahí, sucedió que uno de los rabinos me dedico mucho tiempo y mucha atención. Realmente el hombre era una de esas personas que ayudan a los demás y a mi realmente me estaba ayudando mucho. El era argentino como tantos otros en esa Ieshiva. A raíz de mi apellido, hizo una serie de preguntas que nos condujeron a la calle Thames, mas precisamente al taller de mi padre. Descubrimos que uno días antes de emigrar a Israel fue a ver al sastre para que le hiciera dos pantalones. Cuando los retiro mi padre, que sabia que el rabino estaba por hacer aliá, le cobró uno solo. Después de desenterrar de su memoria esta vieja historia, el Rabino dijo: "Sin saberlo, te estaba pagando a vos el pantalón que me regalo tu papa".

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